jueves, 21 de julio de 2011

Encuentro Inesperado [Magnet][capítulo 3]

Aaaaah!!! a lo que vine xD

Capítulo 3....
Atrapadas

Algo no parecía ir bien en la casa de los Megurine tanto Miku como Luka experimentaban extraños sucesos durante su convivencia y mediante sus sentimientos. Luka mantenía su cabeza sobre su brazo que continuamente bajaba y subía, su cuerpo no podía estar quieto, debido a su cabeza que solo apuntaba a una persona, entonces Luka sin más que hacer en la cama, no podía evitar dejar de moverse.

En aquel tiempo transcurrido, Miku tampoco podía descansar, no solo el hecho de no estar en su casa la ponía de tal manera, sino también el hecho de sentir algo que nunca había sentido, tenía su cabeza totalmente fuera de sí.

“Luka” susurra Miku.

“Miku” la copia Luka.

De repente un fuerte suspiro se oye en ambas habitaciones. La noche cálida, pero muy fría dentro de los corazones de nuestras protagonistas, ambas sin entender lo que sucede dentro de aquellos mismos corazones congelados y confundidos, pero algo de cierto en esto es, que ninguna se animaba a admitir aún lo que ocurría. Luka no pudo más y se levantó a beber un vaso de agua.

“Es mejor esto que estar sin poder dormir” dijo con algunas bolsas en sus ojos.

“Mmm es cierto, tienes toda la razón” dijo Miku sirviéndose un poco de agua también en su vaso.
Luka estaba sorprendida, no había conseguido siquiera imaginar que Luka se aparecería, pero las sorpresas son sorpresas, así que Luka se quedo algo estática con eso.

“¿Te sucede algo Luka?” la miro algo preocupada.

Luka todavía no lograba escapar de su asombro, en su cabeza se agolpaban sus sentimientos, sus extraños sentidos de las cosas en cuanto a Miku. Pero al fin reaccionó.

“¿Eh?, pues… nada” rió tratando de disimular.

“¿Estás segura?” insistió.

“Si en serio, estoy bien” sonrió con toda naturalidad.

“Yucata” le devolvía el semblante alegre a Luka.

“¿Eh?” interrogó ante aquella rara palabra.

“Quise decir que bueno, es japonés” sonrió de nuevo.

“Aaah veo” contestó impresionada.

Ambas discutieron un poco más y se regresaron a sus habitaciones correspondientes.
Luka de nuevo enredada en esos sentimientos distantes pero cercanos, aquellos que la toman prisionera y hace relucir todos los rincones de su alma, aquellos bien recónditos, nada queda fuera, todo saldría a la luz en cualquier momento inesperado.

Miku solamente seguía incómoda en su cama, sin saber qué hacer, intentó dormir. A pesar de que no sabía cómo lo haría, pensó que sus pensamientos la dejarían en paz en cualquier momento al no poder resistir el sueño.

Sus puños fueron cerrados y directos a la pared, la pelirrosa indecisa, no sabía por qué razón sus extraños sentimientos estaban causando eso, ¿era tan importante? ¿Estaría sintiendo algo más que solo amistad por su nueva amiga? ¿O era sólo su cabeza?

“¿Qué es esto?, por qué razón siento como si no fuese yo misma, es molesto” frunció el seño.
Se sentó en su cama con impaciencia, como esperando algo.

“No entiendo porque…” no acabó ya que una gata muy simpática y de color blanco se poso en sus piernas. “¿Qué deseas Rose, quieres algo?” mientras acaricia su pelaje, y el gato que no se niega a recibirlos.

Entonces Luka se levanto de su cama y bajo a darle de comer a la gata, eso le hacía bien para distracción de esos malos, inocentes, y confusos sentimientos.

La cocina era bien grande, Luka accedió a ésta y colocó la gata arriba de la mesa, aunque sabía que si su madre la pescaba con la gata ahí sería su fin, pero ella bien sabía que a esas horas las probabilidades de que ella la encontrara allí, eran del 10% y nada más. Dejo a la gata en dicho lugar, buscó el alimento y lo colocó en su plato color negro con su nombre en él.

“Creo que con esto es suficiente, ¿no?” dijo esto último guardando ya el alimento.

Luka debía esperar a que la gata terminara para poder poner su respectivo plato en su lugar para no levantar sospechas en la mañana. Mientras esto hacía, mirando para distraerse un poco, encontró una pequeña bola de goma roja, la agarró y la apretó con fuerza.

“Esto es de Rose” dijo y lo volvió a apretar, con fuerza y de tal manera que éste objeto salió volando por el lugar. “Oh no” es lo único que atino a decir la pobre y luego arrojó su vista al gato.
Luka temía y pasó, la gata fue tras ella, primero salto en la mesa tratando de alcanzar dicho objeto, pero claro ahí no termino, sino que luego el gato se coló a los muebles y tiro varias cosas.

La familia Megurine dormía plácidamente, menos la invitada que momentos antes estaba despierta, y cuando por fin había logrado la total calma de sí misma, escucha un tremendo ruido que viene desde abajo y decide ir a mirar.

La pelirrosa por fin había logrado capturar a su enloquecida mascota, contenta al fin y preocupada claro, le quito la pelotilla de goma de la boca, abrió la puerta, la arrojó para que Rose fuera tras ella, una vez que Rose salió en su busca, Luka cerró la puerta.

Cerró la puerta y le colocó seguro, se recostó en ella para dar un gran suspiro, cerró los ojos y empezó a caer lentamente al mantener su espalda aferrada a la puerta, eso significó que se estaba durmiendo.

“¿Y ese gato?” preguntó una recién aparecida.

“¿Eh?” se despertó aquella casi bella durmiente.

“¿Te asusté?, disculpa pero, quería ver qué era ese ruido que me despertó justo cuando ya iba a dormirme” rió bajito, el propio silencio de la casa no permitía grandes ruidos.

“Oh, siento esto pero, mi gata Rose tenía hambre, así que le di de comer y accidentalmente una pequeña pelota roja se me fue de las manos y ella hizo todo esto por tratar de atraparla” señalo al piso con semejante desastre. La gata había tirado harina, leche, huevos, etc.

“Dios mío” exclamó ante tal vista.

“Regresa a dormir, yo me encargare de esto” tomando de unos guantes.

“Déjame ayudarte, no quiero que esto lo hagas sola, además, como dice el refrán, ¿para qué están los amigos?” sonrió y también se puso un par.

Luka no podía entenderla, o más bien entenderse, no tenía idea de qué sentir en ese momento, su corazón sin duda alguna daba pálpitos a lo loco, pero su mente decía otra cosa.
Mirando de reojo a Miku, como se colocaba los guantes, solo podía imaginar lo lindo que sería tenerla en sus brazos, pero sus imaginaciones se deshicieron en el aire por parte de una palmada de su amiga.

“¡No te duermas!, tenemos trabajo” inquirió.

“¿Ah?... ¡ah sí!” respondió

“Estás extraña” rió nuevamente bajo.

Ambas se concentraron en limpiar, una de ella no podía dejar de imaginar cosas, tampoco la idea de aquella palabra tan perfectamente encantadora y bella pronunciada. Daba vueltas su cabeza, realmente era su ¿amiga?, ¿o en verdad había algo más?

Sólo se limitó por un momento a observar a su amiga, cuando voltea se da cuenta de que ella también tenía su mirada fija sobre ella, por lo que un pequeño sonrojo invadió a ambas y se giraron al momento de eso.

Después de lo sucedido ambas comenzaron a limpiar por diferentes lugares, Miku estaba recogiendo algunas cosas que la gata había tirado en la sala, mientras que Luka limpiaba el desastre que provoco en la cocina. Cuando Luka por fin había terminado de limpiar en la cocina se acerco a la sala para ver si Miku necesitaba ayuda, pero al parecer la chica estaba distraída viendo unas fotos en la pared.

“Emm.. ¿Oye quieres que te ayude con la sala?” interrogo Luka mientras observaba a su amiga.

Cuando Miku escucho la voz de su amiga se dio la vuelta para poder verla sentada en el sofá con la mirada fija sobre ella.

“No te preocupes ya casi termino, solo levanto algunas almohadas del sofá” decía mientras tomaba las dichas almohadas y se acercaba a donde se encontraba su amiga para poder ponerlas en su respectivo lugar.

“Bueno, al parecer todo está en orden de nuevo, gracias por ayudarme a limpiar el desastre que provoco Rose” Luka le agradecía a su amiga por haberle ayudado.

“De nada, además creo que necesitaba hacer algo de ejercicio para poder dormir” mientras tomaba asiento junto a su amiga.

“¿Entonces tu tampoco podías dormir?” dijo mientras dirigía su vista a su acompañante.

“La verdad no, no he podido dormir en todo este tiempo” en tanto miraba la gran tele de Luka.

“Ya veo, igual yo no he podido dormir en todo este lapso, estaba por darme por vencida y salir al balcón, cuando mi gata llego y se me recostó en mi regazo, ahí fue cuando decidí bajar para poder darle un poco de comida y pues, sucedió lo que tú viste” apenada Luka con un poco de vergüenza ya que su invitada había visto el desastroso modo de comportamiento de Rose.

Antes de que alguna de las dos chicas dijera otra palabra escucharon que una puertecilla se había abierto, cuando se dieron la vuelta para poder mirar hacia la entrada principal notaron que era la gata la que había vuelto con aquella misma pequeña pelotita roja en su boca. Esta las noto y se dirigió hacia donde se encontraba su dueña y salto a su regazo para poder acurrucarse y descansar un poco.

“Pero que gata tan cómoda” ironizó Luka, “se atreve a dar la cara después de hacer semejante desastre en la cocina”, resignada y acariciando a Rose.

“Bueno, los animales son así, no entienden, ellos solo… viven” aclaró la peliverde.

¿Viven?, no hay que entender, ni comprender en qué situación se está, simplemente hay que vivir, vivir el momento en que se encuentra uno, ni más ni menos.

Aquellas palabras significaron mucho para Luka, quien aún no salía de ese pequeño pensamiento que acudía a sus incomprensibles sentimientos, pálpitos, sonrojamientos inexplicables, deseos de… deseos de abrazar a alguien… y además, ese extraño sentimiento era generado a causa de algo que aún no entendía bien.

Por más que quisiera aceptarlo, una parte de ella se negaba a compartir ese hecho. Pero, no importaba ya, sea como fuese, en algún momento esa caja de pandora tenía que abrirse, ese cofre brillante daría lugar y aceptaría ese compromiso con sus sentimientos, su modo de ver la vida, sus sentidos. Y acabaría esa locura de incomprensibilidad. Aquellas inmensas paredes de infortunio serían colapsadas, aquella peliturquesa había despertado algo en su nueva amiga.

Ese fruto prohibido estaba dando problemas, ese pálpito cada vez más acelerado y monótono, es decir, la primera vez que se presentaba un pálpito de esta manera, y Luka lo sabía, cómo lo sabía, era solo cuestión de sentir. Mirando a su peliturquesa amiga, que acariciaba a Rose, era como ver al mismísimo ángel con su mejor forma, su mejor sonrisa, y su mejor resplandeciente aroma a estrellas.

“Qué es esto…” murmuró por lo bajo agachando su cabeza.

“¿Qué cosa Luka?”

“Nada” esbozó sonriente disimulando.

“Bueno entonces creo que ya me iré a dormir” se levantó y se estiró con ademán de cansancio.

“Oh es verdad, ya es muy tarde” bajó a Rose de su regazo.

“Muy bien, nos vemos mañana” sonriente y le dio un beso en la mejilla a su amiga.

Ese beso, todo un teatro para Luka, fue sonoro en toda su cabeza, y además, le daba un toque romántico al hecho, ese pequeño ruido producido además… ¿no era suficiente ya? Nada lo era para Luka Megurine de 17 años.

“Ese beso…” pensó.

Y con la mirada puesta en aquella bruja roba corazones, se dedicó a seguirle el paso, sin saber lo que se venía.

“Espero mañana…” no acabó pues Rose casi la tumba mientras corría.

“¡Rose!”

Luka no se dio cuenta de que además de gritar a su neko, Miku no se planto bien en los escalones de aquella larga y resbaladiza escalera, por tanto venía en camino, no pudo hacer más que atraparla en sus brazos y caer junto a ella mientras se producía el choque contra la dura pared.
Al fin llegaron al piso y entonces Miku quien estaba a salvo rápidamente socorrió a quien la había salvado, en eso Luka logra abrir los ojos y mirar a su chica.

Aquellos ojos, esos que estaban en total contacto, a tan solo centímetros, pero, ¿sería el momento ya, de liberar esos sentimientos? ¿No bastó verdad? Pero ahí estaba Rose, tratando de alcanzar la bola roja, se lanzó a ella, e iba en dirección a la espalda de Miku, y así… Miku sintió el golpe del animal que después se fue corriendo. Pero ello provocó que sus labios se pegaran a los de Luka, esos escasos centímetros, llegaron a desaparecer por la intervención de Rose.

Tibios como un cálido abrazo y delicados como los pétalos de rosas, no, más que eso, nada igual, simplemente una forma bien dulce de declararse a su amada, muda pero comprensible con aquel tacto carnoso. Dulces, como la miel pero mil veces más deliciosa, tan solo imaginarlo, pero esta vez, la imaginación ya era cosa del pasado para ambas, al fin lo tanto deseado inconscientemente.

La pobre alma de ambas descansaría con esto, y sin más que aclarar, el aire se agotaba y ambas debieron darle fin a sus queridos sentimientos. Ambas solo se miraron y no dijeron nada más, solo el silencio reinó en ese momento.

Continuará...♥

martes, 5 de julio de 2011

Romea y Julieta [Magnet] [Shojo-ai] [Capítulo Único]

Nombre: Romea y Julieta
Autor: Midori (yo)
Dedicatoria: para May!


Romea y Julieta
Había una vez una princesa llamada Nagisa Aoi, Ella vivía en un casa muy elegante y gigantesca, su habitación se ubicaba en un balcón, como era tan bonita, siempre recibía cantos de amor bajo el mismo, toda una panda de hombres refinados y cultos. Pero Nagisa tenía otras inclinaciones, así que los rechazaba sin echar ojo hacia abajo.

-Querida hija mía, ¿de nuevo has echado agua sobre uno de ellos?—reclama su madre sentada en la sala de estar mientras teje algo.

-Ya sabes madre, que no soporto a los hombres—respondió esta sin dudar mientras jugaba con los dedos de su mano.

-Pero hija mía, algún día tendrás que casarte…

-¡Pero mmumy! /:

-Pero nada¬¬

Oh eres bella~ lalalala~ lalalala~ alalala~

Aquel cantó vino de afuera.

-Oh no, otra vez—dijo a manera de frustración colocando una mano sobre su cabeza mientras negaba.

-Levanta tu cabeza y ve a decirle que no, se nos hace tarde… —desvió su mirada a otro lado antes de terminar.

-¿Tarde para qué?, hm bueno no importa, ya se habrá llenado el otro balde de agua—se fue.

Mientras toma el otro balde para dejar cargar el que ya había usado, se aproxima lentamente hacia su balcón con el agua en mano.

-Uno de estos días le diré a mi sirviente que se encargue de traerme mil baldes de agua a mi habitación—dice en tanto arrastra el objeto a su balcón.

Nagisa se acerca al balcón y con mucho cuidado ya que el balde es pesado, lo sube hasta la baranda y cuando piensa en tirarlo, mira atentamente a su enamorado.

-Pero que vos tan rara tienes.

-¿No le gusta?

-Pero—, baja el balde y se asoma a ver mejor—, ¡Pero tu eres una chica!

-Mil veces he imaginado verla señorita, y el que siempre rechace hombres me da idea de que quizás a mi si me aceptase, pero más sería mi dicha si pudiera verla más de cerca—envía galantemente sus palabras de amor.

-Pero usted es muy bonita, pero, ¿cómo supo que yo me fijaría en una chica?

-Si usted ha rechazado al señor Yamashita Tomohisa, definitivamente odia a los hombres.

-Realmente, ella si que sabe—pensó Nagisa.

-¿Qué le pasa princesa, se ha quedado anonadada?

-Hm no, ahora mismo bajo allá—dijo muy emocionada la chica, pero al girarse.

-¡Oh no!—exclama la chica.

-¡Jolín!—le sigue Nagisa.

El padre de Nagisa está detrás de ella, espantado le grita a su hija que como se atreve a querer estar con una mujer y antes de llevársela dentro le grita a la joven de abajo que la deje en paz y que no permitirá aquello.

La puerta de la princesa se cierra de golpe provocando un gran estruendo.

-Sea como sea, yo princesa, le juro estar a su lado.

Pasaron las horas, y la madre de Nagisa se dirige a su cuarto para pedirle a su hija que se vistiese, que ya se le hacía tarde para la cena con varias otras familias, quería encontrarle un novio a su pequeña.

-Hija, ya deberíamos estar saliendo, la cena con las familias de… —se calla al recibir un baldazo de agua en la puerta que en ese mismo instante se le cierra en la cara.

-¡No me pondré de novia con ningún sinverguenza!—comenzó a los gritos en su habitación.

-¡se acabó jovencita, hoy mismo estarás castigada hasta el próximo año y es mi última palabra!

Nagisa no hizo más que llorar horas y horas, no tenía consuelo a lo que le pasaba, nadie aprobaría su relación con una chica, y eso le causaba un gran dolor por que sentía algo por aquella joven que si bien, no la conocía mucho, pensaba que quizás ella era la única que la comprendería.

Pasaron los días esta vez, y en una mañana dulce y cálida, mientras Nagisa intentaba sacar provecho a algunos libros que había escondido debajo de su cama luego de ser castigada, pues no tenía nada que hacer, oyó una voz con el mismo tono de un día cualquiera.

-¡Eres tú!—sonrió de lado a lado cuando la vio.

-Si señorita—hizo una reverencia—, y perdóneme, soy una mala persona, me equivoqué, pero no se preocupe, ya no seré más una maleducada.

-¿Pero que tan mala persona es usted? No comprendo.

-Es que no le dije, mi nombre es Shizuma Hanazono, mi princesa—aclamó elevando su mano en dirección a su amada como todo caballero.

-Ya veo, pero que buena chica es usted, de verdad me intriga mucho eso, me gustaría estar con usted ahora mismo.

-¿Y que espera para bajar mi princesa?

-Si no estaría castigada lo haría T...T

-Ya veo, lo que pasó el otro día le trajo un mal trazo a su vida—arroja pensativa mientras su mano sostiene su barbilla—, no se preocupe—, le dedica con un grito no tan sonoro—, ahora mismo subiré hacia allá.

-Y yo la espero.

Shizuma entonces tomó una escalera y comenzó a subir para llegar a su princesa, pero lamentablemente la escalera se va de lado y cae en el piso, Nagisa desesperada le pregunta si se ha hecho daño, la otra le niega con la cabeza. Decide pues subir trepando por las enredaderas que cubren al hogar y cuando parece llegar, toda la planta se empieza a despegar por así decirlo de la propiedad y de nuevo cae.

-¿Estás bien?—pregunta de nuevo alertada y sin pensarlo empieza a bajar hasta su príncipe usando un caño de agua que se halla al costado de su balcón.

-¿Adónde crees que vas tu?

-Su padre de nuevo—comenta Shizuma a manera de enfado.

-¿Pero que sucede aquí?—se aparece su madre apareciendo por el lugar.

Su esposo que sostenía a su hija le explica lo que sucede mientras su mujer escucha enojada lo que pasó para luego recriminarle.

-¿Eso es todo?, ¿y qué podemos hacer? La vamos a apoyar en todo momento, no por que le gusten las chicas es un alien, entiende que aunque no te guste, siempre debes apoyar a tus hijos en todo, como buen padre y por que los amas ¿o no?

-Cla… claro—capta su esposo un poco asustado por la reacción de su esposa.

-Ahora mismo ¡baja a tu hija y que la haga pasar!

-Mamá, ¿en serio?—se contenta.

-Si hija.

Eso fue todo para que esta corriera a la planta baja a buscar a su amado.

-No entiendo, ¿cómo puedes permitir esto?

-Lo que no entiendo es, ¿cómo puedes armar tanto barullo por eso? Se trata de la felicidad de tu hija.

Y su esposo no dice nada más y se da cuenta de que nada puede hacer más que estar con su hija en todo. Las horas pasan, los días también y claro que los meses, en ese transcurso de doce meses, la familia Aoi tiene una gran fiesta, el casamiento de su hija que permitirá unirse con la familia Hanazono para fortalecer a su familia, pues dos dinastías acabarían por ser la más famosa de todo Japón con semejante poder el de ahora. Eso llevaría al poder del gobierno en un futuro, para así entonces, Nagisa podría cambiar las leyes de su país y dejar que las parejas de su mismo género se casen.

Al fin y al cabo, el amor siempre puede más, siempre que sea un amor verdadero claro.

Fin

miércoles, 13 de abril de 2011

Encuentro Inesperado [MAGNET cap 2]

Konbanwa~ vine ya que vi luz y entré LOL
weno segunda parte de este fic que a medida pasa el tiempo entro en un estado de ya no quiero escribir o quiero agregarle más cosas para que se lea más sabroso x´D Aqui va:

Aquel día en el que Luka había actuado de una forma extraña ante Miku, pero aún así, luego de disculparse con Miku por su “extraña” reacción, ambas bajaron al primer piso.

“Así que tú eres Miku, mi hija siempre habla de ti” saludó muy amablemente.

Los ojos de Miku en ese instante se dirigieron a los de Luka, mientras que la otra avergonzada por lo que su madre reveló, en sus mejillas se vieron un leve sonrojo, pero su mirada aún seguía algo así como “indescifrable”.

“Así es, yo soy Miku Hatsune” sonrió disimulando su curiosidad.

“Muy bien, puedes llamarme Sra. Megurine”sonrió y Miku asentó con la cabeza, “mm me gustaría saber una cosa” dijo la mujer observando algo.

“¿Sí?” preguntó Miku.

“¿Porqué están tomadas de las manos?” y rió.

Cuando Miku y Luka observaron, era realmente cierto, ambas no notaron que inconscientemente se habían tomado de las manos. Ambas se separaron al descubrir eso, era obvio que ocurría algo extraño allí… claramente obvio.

“Muy bien, es un placer jovencita” extendió su mano.

“No, el placer es mío” estrechó la suya.

“Bueno, si gustan ahora podemos comer galletas mientras disfrutamos de una buena taza de chocolate”, invitó.

“Claro porqué no” contenta Miku, mientras Luka le seguía el paso hacia la sala principal.

Las tres mujeres se sentaron en los asientos lujosos de la mansión, ambas recientemente avergonzadas se sentaron juntas mientras que la madre de una de ellas se sentó en frente.

El aroma de las rosas que se encontraba a escasos metros de Miku eran dulces, dulces aromas de alegría que se destilaba por todo el lugar, a eso se le sumaba la buena convivencia entre ambas universitarias. Y también, la madre de la peli rosa.

El ambiente se puso mejor ya que Miku se sentía cómoda hablando con ellas, a esto se sumó Lulu quien había preparado las galletas y mezclado éstas con los bizcochos que Luka compró.
Cuando todo estaba tan calmado y sereno, pues ya se estaban riendo y todo cuando aquellas nubes negras oscuras grises comenzaron a llorar.

“Oh no, se ha puesto a llover”, musitó algo preocupada la ojiturquesa.

La Sra. Megurine noto la preocupación de la chica entonces ella se levanto de su asiento y llamo a Luka para hablar con ella en privado, mientras que Miku nada mas las observo.

“Hija que te parece si invitamos a que Miku se quede a dormir aquí esta noche” decía la Sra. Megurine.

“Es una buena idea” contestó contenta.

“Muy bien, entonces invítala y yo llamaré a sus padres para que lo sepan” se fue tras la guía.

“Ok” regresó en donde Miku.

En esa tarde Miku debía de quedarse con los Megurine, en ese transcurso muchas cosas pasarían.
Afuera la lluvia se volvía poderosa, arremetía contra el viento con su gran fuerza, lo que provocó un pequeño tornado lluvioso, lo suficientemente potente para enfermar a alguien.
Pero Miku en ese momento solo olía las rosas rojas, dulce fragancia, y mientras más se acercaba Luka, el olor de aquella fragancia se hacía más fuerte, y más hermosa.

Miku levantó el rostro y pudo contemplar la belleza que envolvía a Luka en ese momento. Aquella camisa desabotonada, junto con el olor de las rosas, dejaban un claro sonrojo en la mejilla de la observadora invitada de los Megurine. Este sentimiento se hacía más fuerte, a medida que aquella se acercaba, a la pequeña Miku se le pretendía encenderse su corazón de tanto que latía.

Cuando ya estaba a pocos pasos de llegar, la peliturquesa se giró a mirar a la ventana para disimular su sonrojo que ya era rojo carmesí.

“Miku”, algo atontada por la felicidad.

“Si dime”, ya sin el sonrojo en el rostro.

“¿Te quedarías aquí a dormir?, es que afuera está lloviendo demasiado” señaló la ventana junto a la chica.

“Claro, pero debo avisarles a mis padres, verás…”

“Mi mamá ya se esta encargando de ello no te preocupes” sonrió.

“¿En serio?, eso es muy bueno, agradezco tanta amabilidad de parte tuya y de tu madre” dijo haciendo ademán de saludo, (el típico japonés).

“No es nada” devolvió el saludo.

“Ya está todo” apareció la Sra. Megurine, “Ya tus padres saben que te quedarás aquí y están de acuerdo con ese hecho” dijo muy amablemente a Miku.

“Entiendo muchas gracias” expresó con su mejor sonrisa Miku.

El reloj mostraba la hora exacta, seis de la tarde, siendo aún temprano, y con la tormenta de afuera, Luka tuvo una idea para matar el tiempo, seguro una de esas era y resultó ser…

“¿Un juego de ajedrez?” invitó a Miku colocando la caja de dicho juego de mesa en su cara.

“No sería mala idea, está bien” toda contenta y dejando de lado las fotos de Luka de pequeña a un lado, “gracias por mostrármelas Sra. Megurine, Luka era muy linda de peque” sonrió y rió.

“¿QUÉ?” saltó Luka de un susto. “Quisiera saber qué acabas de ver Miku” expresó nerviosa y con algo de pánico, a lo que su amiga asintió mostrando las fotos, “Dios que vergüenza”

Miku solo reía junto con la Sra. Megurine y a eso se le sumo Lulu. Cuando el trío terminó de reír comenzaron a acomodar las piezas en su lugar.

“No tienes que ponerte tan así” decía cómicamente Miku a Luka que tenía el rostro como un tomate.

“Me viste en pañales, me da mucha vergüenza” contestó.

“Jejeje, entiendo” dijo y se sentó a jugar.

El ajedrez requiere de mucha habilidad mental, se tiene que pensar con cuidado, y tener una estrategia en la que confiar, si no se logra esto, no se puede continuar, se tiene asegurado perder la partida.

“Jaque” dijo Luka.

“Te equivocas, ¿o haces jaque a mi alfil?” rió.

Luka estaba tan concentrada en Miku que no tenía idea de sus movimientos, por ello convirtió su famosa reputación de chica brillante, a chica…

“¡Distraída, estás distraída y te equivocaste!” reía Lulu al ver que por fin su hermana tenía una digna contrincante.

“Bueno, bueno, ya está ¿no?” arrojó con algo de fastidio.

“Jajá, está bien” comprendió la ojiturquesa.

Así siguieron hasta que…

“Jaque” amenazó Miku.

Luka no se limitó a quedarse allí e intentó escapar, pero era imposible, debía de ser el final de todo el juego.

“Es decir, jaque mate”

Parece que al fin había alguien que podía superar a la gran Luka brillante, y lo hizo. Luka solo se mantenía en silencio.

“Pues” habló al fin, “me ganaste” admitió sorprendida, “te felicito”

“Claro, gracias, y gracias por el juego”

“De nada” sonrió.

“Chicas, hora de la cena” avisó la madre de Luka.

“Ya vamos” contestó la peli rosa.

Ambas se levantaron y contaron para que estuviesen seguras de que las piezas fueran todas y que ninguna se perdiera.

“Le falta una pieza, al ajedrez le falta aquella pieza preciosa, a la cual todas ellas respetan y dan cuidado a la bella… pieza de cristal, la más frágil pero fuerte, aquella que tantos sentimientos extraños me trajo hasta ahora, y que aún… ¿los traerá?”.

Los pensamientos de Luka perseguían un raro pero bello sentimiento a la situación que ocurría alrededor de ella. Todo producto de esos sentimientos que solo apuntaban a una sola cosa, el amor.

“Aquella pieza poderosa pero delicada, tiene mi corazón dando tumbos, al mismo tiempo, él cree perderla y por ello necesita de su atención… ¿se lo dará?”

Luka tenía la cabeza metida en esos pensamientos mientras guardaba el juego.

“¡Luka! Desde hoy te hablamos, deja la distracción para después y ven a cenar” se enfadó Lulu.

“Ah, sí voy” dijo yendo a la mesa.

Cuando por fin Luka llega a la mesa, logra salir de sus pensamientos que tanto le daban forma romántica a la situación. Un timbre suena, alguien tocaba la puerta.

La Sra. Megurine se acerca a ella y la abre. No es más quien que el Sr. Megurine, que entra y luego de depositar su valija y su chaqueta en el ropero después se dirigió al comedor cuando llego a la entrada se fijo que había alguien más en ese lugar. Entonces Miku se levanta al notar al Sr. Megurine.

“Es un placer conocerlo, mi nombre es Miku Hatsune” decía la chica mientras lo saludaba

“El gusto es mío, puedes llamarme Sr. Megurine” dijo el padre de Luka

"Papá ella es mi amiga, la he invitado hoy a venir a la casa" musito Luka mientras observaba a su padre

“Está bien hija” decía el Sr. Megurine tomando haciendo

Mientras la Sra. Megurine servía la comida, Miku pudo notar que la comida era bastante buena, no era de extrañar considerando que la casa era más bien una mansión.

“¿Apeteces?” preguntó Luka.

“Ah, si” contestó mirando con ganas la comida.

Luego comenzaron a hablar de las vacaciones, que harían en ellas, etc.
Ni bien esto termino, todos ansiosos por ver la tele, e invitaron a Miku quien aceptó cortésmente.

En la televisión se detuvieron en un canal a oír a una gran cantante, sus canciones inspiraban felicidad, la voz de aquella cantante tan serena, delicada y amable, Luka mientras oía la canción, no podía evitar no ver a Miku que disfrutaba de esa música.

“Estoy segura de que esa canción es perfecta para ti, estoy segura que todas las palabras te pertenecen al igual que… ¿Qué mi corazón?” pensaba Luka.

Tratando de adivinar qué era ese sentimiento, Luka de nuevo volvía con sus pensamientos infantiles románticos. El tiempo escuchando música acabó, y llegó la hora de dormir.

“Muy bien chicas es hora de que vayan a dormir” dijo el Sr. Megurine mientras observaba a las dos adolescentes sentadas en el sillón.

“Está bien papá” musito Luka levantándose de su asiento acto seguido por Miku.

El Sr. Megurine solo observaba como las dos chicas se levantaban de su respectivo asiento y se dirigían hacia las escaleras, pero Luka antes de llegar a las escaleras regreso para abrazar a su papá.

“Buenas noches papá” decía mientras lo abrazaba.

“Buenas noches hija que descanses” le respondió mientras le correspondía el abrazó a su querida hija.

Miku nada mas los había observado al pie de las escaleras, después de las buenas noches Luka se dirigió hacia donde estaba su amiga esperándola, al llegar junto a ella nada mas le dio una sonrisa dulce.

“Vamos Miku, se está haciendo tarde” musito Luka, mientras comenzaba a subir las escaleras.

“Está bien, buenas noches Sr. Megurine” decía mientras comenzaba a subir las escaleras con Luka.
Cuando las habían subido se dirigieron por el pasillo hacia la habitación de Luka, cuando de repente notaron que la Sra. Megurine salía de la habitación que estaba al lado de la de Luka.

“¿Mamá que hacías?” interrogo Luka a su madre.

“Nada en especial hija, solo estaba arreglando la cama para que Miku pueda dormir bien” declaro la Sra. Megurine con una sonrisa en su rostro.

“Muchas gracias por dejarme quedar Sra. Megurine” decía mientras sonreía.

“De nada querida” musito mientras sonreía “Bueno ya es muy tarde así que es mejor de que se vayan a dormir chicas” les regaño.

“Está bien mamá” decía Luka mientras le daba un abrazo “buenas noches” musitaba en el abrazo que su madre se lo correspondió con todo gusto.

Después que se dieron las respectivas buenas noches, la madre de Luka se dirigió escaleras abajo para asegurarse de algunas cosas, dejando a las dos chicas solas.

“Bueno será mejor que vayamos a dormir” musito Luka ”Buenas noches Miku” le dijo mientras miraba a la peliverde

“Si creo que tienes razón” declaro Miku “Bueno que descanses Luka-San” fue lo último que le dijo antes de cerrar la puerta de su habitación.

Después de eso Luka entro a su habitación metió en su cama para poder descansar, pero había algo que sentía que le hacía falta, pero no sabía qué cosa era. En la otra habitación una chica de ojos azules se estaba preparando para dormir, después de ponerse una pijama que Luka le había prestado se metió en su cama.

Continuara…
Hasta la próxima amantes del yuri (no es mi caso) xD
ByeBye :)

domingo, 3 de abril de 2011

Encuentro Inesperado [MAGNET] [cap1]

Bueno como no tengo ganas de dejar totalmente abandonado este blog que cayo solo para ser parte de mis experimentos xDDD voy a publicar un fic que ayude a escribir a una amiga. Si bien no me gusta el yuri, (notese que el yaoi no me desagrada xD), pero pues he aqui la idea que salio de la cabeza de Black Rose y mi estilo de relatar.

He aqui un resumen que la autora (yo la llamo mi comadre xD) hizo, espero les guste ;D

“Un encuentro inesperado”
Este FanFic trata sobre dos universitarias, Miku Hatsune y Luka Megurine, que nunca pensaron que se cruzarían algún día, pero por obra del destino se juntaron, ahora ambas chicas están juntas y tienen un largo camino por delante en el cual encontraran muchos obstáculos y tendrán que superarlos si es que quieren que su amor triunfe sobre todo.

Capítulo 1:

El sol de otoño sobre la ciudad de Okinawa era apacible y calmado, con sus respectivas hojas cayendo de los árboles, aquellas amarillas, rojizas y secas, al igual de secas que la de la joven sentada en aquella triste y vieja banca de parque. Sus ojos no hacen más que observar el parque y deslizar una sonrisa por el lugar.

Esa persona no salía de sus pensamientos malvados que la tenían atrapada en aquella discusión eterna, ésa misma que en su cabeza iban y venían de todos lados sin poder dejar su inocente cabeza en paz
Luka iba caminando por el parque con una bolsa de biscochos en su mano, que había comprado para su familia y mientras seguía avanzando miraba que el parque estaba deshabitado, entonces cuando dio la vuelta para tomar otro camino que la sacaría del parque.

Entonces miro a Miku Hatsune sentada en una banca con la mirada en el suelo, ellas iban a la misma universidad solo que en diferentes años, Luka la había visto varias veces con una de sus amigas pero nunca se habían dirigido la palabra.

Los sentimientos que envuelven a esa persona no son más que de tristeza y curiosidad al mismo tiempo, ¿podría ser, o será algo más?. Al ver esa triste figura posada en la banca, Luka no duda en acercarse silenciosamente y con cuidado a ésta sin asustarla.

Cuando Luka ya estaba cerca de ella, se sentó en la banca y apoyo su mano sobre su hombro, entonces cuando Miku sintió la mano de alguien dirigió su mirada algo extrañada hacia la persona desconocida que estaba a la par.

“Hmm… ¿Tu quién eres?” pregunto Miku algo extrañada por esa visita.

“Soy Luka Megurine, dime, ¿por qué lloras?, una joven tan bella no debe estar así, y además sola” dijo Luka, a lo que Miku se sonrojaba y agachaba su cabeza.

“No hay por qué ponerse así”, aclaró Luka levantando el rostro de la chica, mientras que con la mano derecha acaricia su mejilla.

Miku no era capaz de decir una sola palabra en ese momento, el solo hecho de que su corazón estaba latiendo cada vez más rápido era un claro síntoma de que su acompañante le estaba generando un sentimiento extraño dentro de su corazón.

“¿Qué es lo que quieres de mí?” interrogó temerosamente Miku.

“Pues nada, solo me gustaría ayudarte, veo que estás muy triste” una Luka acercándose un poco más a la peliverde.

“Pues... No me pasó nada en especial” como para desviar la mirada de Luka que no dejaba de observarla.

“Hmm… Bueno, pero aun así no es un lugar seguro para que una joven como tu este aquí sola y sin compañía” decía, mientras que Miku tenía la vista fija en el cielo.

“Pues podría ser, pero a donde más podría ir, este es el único lugar donde me siento libre de preocupaciones” aclaró Miku con su respectiva mirada triste.

“Hmm… Pueda que tengas razón, pero aun así no es seguro que estés sola en el parque ya que hay muchos hombres que podrían abusar de ti” advirtió dirigiendo su mirada hacia el cielo.

“Es verdad que hay muchos abusadores, pero no tengo a donde ir y no quiero volver a mi casa por un rato” entristeció un poco más la peliverde.

Después de esa última declaración de Miku hubo un silencio un poco incómodo entre las dos chicas, hasta que Luka rompió el silencio.

“Pues que te parece si vamos a mi casa por un momento para que te puedas relajar, bueno si tu quieres” dijo al mismo tiempo que miraba de reojo a Miku.

“Pues me gustaría, pero a todo esto, por qué me comenzaste hablar, en la universidad ni siquiera nos dirigíamos la palabra” cuestiono Miku con algo de curiosidad a la chica de cabello rosa.

"Pues, es que allí en la universidad estamos rodeados de personas con las cuales podemos relacionarnos, pero aquí, estando tu sola, no puedo permitir esto" musitó con total sinceridad la cuestionada.

"Aaaah ya veo", respondió la otra un tanto no muy segura de la respuesta que le había dado su acompañante.

Después de esa corta aclaración volvieron a caer en un silencio incomodo mientras tenían la vista fija en el cielo notaron que se estaban formando unas nubes grises, eso solo significaba algo y era que la lluvia se acercaba muy rápido para el gusto de ambas niñas. Entonces Luka volvió a romper el hielo.

“Esas nubes no se ven nada amistosas, que te parece si comenzamos a caminar para llegar a mi casa, no está muy lejos de aquí” dijo Luka, mirando a la joven.

“Hmm… Bueno está bien te acompañare a tu casa”, se levantó “espero no ser una molestia para ti” musito Miku, mientras miraba a la peli rosa.

“Claro que no” aclaro Luka con una sonrisa en su rostro.

En ese preciso momento cuando Miku vio la sonrisa que Luka había puesto en su rostro, sintió de vuelta esa misma sensación extraña que había tenido al principio cuando le acaricio la mejilla.

Entonces vio que Luka la estaba observando y cuando se dio cuenta de inmediato desvió su mirada hacia otro lado para que no la pudiera ver, en ese mismo instante Luka se levanto de donde se había encontrado sentada por un tiempo y se dirigió a Miku.

“Bueno será mejor que avancemos te parece” interrogó Luka a la peliverde.

“Está bien” agregó la ojiturquesa.

“Bien” musito Luka, mientras tanto avanzaba con dirección a su casa.

Miku cuando noto que Luka ya había comenzado a avanzar se apresuro para poder alcanzarla y no perderse en el transcurso del camino. Después de haber salido del parque Miku observo a su alrededor muchos puestos de comida y tiendas de ropa, joyas, zapatos etc.

Vaya nunca había estado en este lado de la ciudad parece como que aquí solo las personas ricas compran pensaba Miku, conforme avanzaba iba observando las diferentes tiendas que se encontraban allí.

Luka miraba de reojo a la peliverde que al parecer se encontraba algo sorprendida por las diferentes tiendas y cosas que se encontraba en ellas.

“Luka, ¿tú siempre pasas por aquí?” interrogó Miku, dirigiendo su mirada a hacia ella.

“Solo lo tomo cuando quiero llegar temprano a mi casa” contestó Luka deteniéndose en la entrada de una gran casa, más bien era una mansión.

Cuando se detuvieron Miku se sorprendió al ver la casa de la peli rosa, no podía creer que esa era su casa.

“Aaa… es-es-esta es tu casa Luka” logró preguntar Miku, con algo de dificultad por su asombro claro estaba.

“Emm… Si, esta es mi casa” declaró Luka mientras observaba la entrada de su casa, suspiró, y cambio su mirada hacia la peliverde.

“¿Bueno te parece si entramos en vez de estar aquí paradas?” a su amiga dijo Luka, mientras que ella nada mas asintió con su cabeza.

Después de eso entraron y se dirigieron hacia la puerta de la casa, Luka toco el timbre y una niña parecida a ella abrió la puerta para dejar pasar a las dos chicas.

“Gracias Lulu” dijo a su hermanita pequeña la dueña de casa mientras entraban a ésta. Ella le entrego la bolsa que contenía los biscochos para que los pusiera en la mesa del comedor.

“Bueno subamos a mi habitación para que descanses un momento, ¿está bien?” le decía a su amiga mientras que subían las escaleras que las llevaba hacia la habitación de la chica.

Cuando llegaron Miku se quedo con la boca abierta al ver la gran habitación de Luka con una cama un poco grande en el centro de esta, las paredes eran de un color rosa pastel y al lado derecho de la cama había una puerta que dirigía hacia el balcón.

“Puedes sentarte en el sillón si tu quieres” Luka dijo mientras ella se sentaba sobre su cama.

“Muchas gracias” decía una Miku que no salía de su asombro aún, mientras se sentaba en el sillón color rojo que estaba cerca de la cama en donde se encontraba sentada Luka.

“Entonces me podrías decir porque estabas sola en el parque… Bueno solo si tu quieres” Luka dijo esto último con un tono muy dulce y suave e igual como en el parque, ese sentimiento extraño volvió a ella al escuchar esa dulce y suave voz.

“Pues”, agachó su cabeza, “es que tuve una pelea… con mis padres. Pero creo que todo el mal que me tenía preocupada” levante el rostro a su posición normal “Todo lo que estaba en mi estómago y me caía pesado, se ha ido yendo de a poco, mientras tu…” se detuvo al percatarse que estaba diciendo algo extra por así llamarlo.

Luka percibió aquello y entonces se quedo pensando: ¿no será que…? entonces debo suponer que…

“¿Mientras yo qué?” inquirió a propósito con una media sonrisa.

Miku no sabía qué hacer ni cómo reaccionar ante esto, por lo que hizo caso omiso a lo que Luka dijo y se fue hacia el balcón.

Miku Hatsune tenía un día súper extraño, todo lo que le sucedía no era común, ¿podría ser que tenga ciertos sentimientos por esa joven? Serlo o no, ese día estaba adquiriendo sentimientos nuevos, sentimientos que estaría descubriendo con el pasar de los minutos.

Luka por otro lado no perdía detalle a la situación de nerviosismo por la que pasaba Miku, por lo que se aprovechaba de ella para lograr su meta… acercarse a ella al punto de…

“Miku Hatsune” mandó a llamar la chica.

“Dime Luka” nerviosa.

“Por favor me gustaría saber”, mientras se desabrochaba y se sacaba su chaqueta.

Miku no hacía más que observar como la otra se desvestía, giró su rostro para el piso y respondió

“Nada, me equivoqué lo siento” musito la chica

“No, yo no lo creo” se acercó a ella “dime qué es lo que quieres” mientras la acorralaba contra la pared “verás…”

Toc-Toc, se escucho en la puerta.

“Mamá dice que le presentes a tu amiga mientras comen galletas con chocolate” decía Lulu tras la puerta.

“Ok” contestó Luka.


Bueno espero que les haya agradado este fic, lo hemos hecho basandonos en esta pareja ya que hay muchos que les gusta, por lo que si quieren que lo continuemos solo digamnos x')
Black Rose.



jueves, 31 de marzo de 2011

experimentos!!

Bueno sin más, estoy probando cosas, como me gusta experimentar y nada mejor que un blog que no uso xD!!



Blog Activo!!♥

Bueno a ver xD!